En «El País», la portada, inmaculada, o no…
Como siga esto así, estos atribulados uniqueros que me han dado vela —porque la cosa se va pareciendo a un entierro… de la corrección— e imagen, y que ahora pasean tan contentos por tazas e imanes como si de un ídolo se tratase, me van a tener que incluir en plantilla, porque ya van peligrando…